Quizá decimos que nos conocemos muy bien y que sabemos cómo vamos a reaccionar ante cualquier evento positivo, negativo o hasta fantástico y atípico que se preste en nuestras vidas, de manera directa o indirecta.

Pero ocurre que no lo sabemos todo y tampoco somos estoicistas que dominan su cuerpo ante cualquier emoción o suceso. Sí alguna vez llegares a soñar que se te cae el pelo  y te levantas sobresaltado y con la imagen fija, llegarías a pensar que fue una pesadilla por el stress, por mala digestión o por alguna rabia que cogiste en el día.

¿Y de no ser así precisamente?, mucha veces en el cuestionable dizque dominio de nuestras acciones y reacciones, vamos echando a un lado sucesos porque “a mí no me pasa eso, eso le pasa a otros”, lo que es una gran mentira. Y nuestro cuerpo nos los está manifestando en el momento en el que ambos nos encontramos: al dormir, en el predio de los sueños.

Un sueño puede decir muchas cosas que van más allá de lo que se cree directamente. Muy bien hacen quienes consultan con personas que saben y tienen las luces del entendimiento altas para descifrar lo que los sueños dicen.Es mejor temerle a las suposiciones basadas en egos, que a preguntar por nuestro bien. Sí quieres saber qué te dicen cuerpo y alma, pregunta.

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