Que el dinero no te haga decaer
Que sí las bolsas, que sí el petróleo, que sí el oro, que sí el coronavirus, que sí las burbujas, que sí las guerras, que sí los cambios de gobierno, en fin, eso y más nos consterna y afecta en una especie de efecto dominó indudable en nuestros ingresos.
Además nuestro día a día, el estancamiento laboral, los gastos familiares recurrentes e improvistos, los gustos o deseos, nos van arrastrando poco a poco y cuando nuestra economía se ve afectada comenzamos a palidecer y desesperarnos.
Aunque para algunos sea banal, una esperanza inútil, siempre será la Fe en Dios, la búsqueda de la paz espiritual en la oración, la reflexión y las buenas acciones, la promesa de actuar correctamente y así por sí mismo eludir cualquier tentación pecaminosa, las que abrirán los caminos para la recuperación económica.
Porque sí no tienes fe, ni la mente clara, no te organizas, no soluciones, te estancas, te echas al abandono, buscas soluciones rápidas y peligrosas que te endeudan más y lo que consigas no te rendirá, amargándote. Por eso pide a Dios que te dé la luz, la fuerza, el entendimiento, los caminos claros para volver a tener estabilidad económica.