Así pues, cuando un autor escribe novelas de suspenso, toma la responsabilidad de mantener una ambientación creíble para su lector, dentro de los linderos de lo que es su “mundo real”. Dan Brown tiene sus conspiraciones centenarias, Clive Cussler a menudo tiene villanos malignos que amenazan al mundo y deben ser detenidos por un pequeño grupo de individuos talentosos. Tom Clancy comenzó la Tercera Guerra Mundial pero la mantuvo creíble solamente mediante el uso de tecnología moderna y realista. Las novelas de suspenso pueden entrecruzarse con ciencia ficción creando nuevas tecnologías o potenciales desastres naturales, pero aun así dentro de los confines de un mundo que es nuestro, y no algo que está demasiado lejos de el.

Así pues, esto trae a colación la frase “la realidad  supera a la ficción” . Claro que la ficción altamente realista se acerca a la realidad tanto cuanto puede, pero es siempre ficción, historias creadas para entretener. Cuando uno cuenta una historia verdadera, es sólo eso, una historia verdadera sin embellecimientos o ficción que pudiese entretener, pero no es necesariamente ese el punto. La verdad debería ser suficiente para el lector o el espectador, no hay necesidad de hacerla mas extraña . Y a veces una historia verdadera puede llegar a situaciones que hacen pensar “esto no puede ser cierto”. Pero cuando lo es, entonces “la realidad  supera a la ficción”.

 

El mundo esta lleno de historias verdaderas que ponen a prueba la credibilidad. Un niño que sobrevive un tornado sin un rasguño mientras que la casa se destruye a su alrededor. Una mascota consigue  el camino de regreso a través de un continente para reunirse con su familia humana. Estas son historias que terminan siendo contadas una y otra vez, películas son hechas con ellas y al principio o al final del film aparece el comentario “Basado en una historia real”.

Así pues, esto nos lleva a una historia que, si fuese plasmada en un film tendrá esa misma etiqueta de “Basado en una historia real”. Es la historia  de un muchacho de Dakota del Sur que no pudo aprender su lección la primera vez que fue enviado a prisión. Pillado evadiendo impuestos de su perfectamente legal negocio de anfetaminas (cruces blancas) Dan “Tito” Davis pagó 5 años en una prisión federal. Luego de salir y necesitando recuperar el tiempo perdido, Tito se migró de las pastillas legales para perder peso a la marihuana. Y hace 15 años, ser capturado traficando marihuana era algo muy serio. Mucho más de lo que es hoy en día en varios estados.

Así pues, uno de los clientes de Tito también vendía meta-anfetaminas. Y al ser capturado con ambas- meta-anfetaminas y hierba, este antiguo amigo señaló a Tito como su proveedor de las dos, buscando reducir su potencial pena sacrificando a otro. Esto en términos legales es lo que se denomina “el ultimo en quedar de pie”. El primero en rodar recibe la sentencia más liviana. Cada nuevo arresto va mas arriba en la cadena alimenticia hasta que supuestamente el capo mayor es capturado. Pero mas a menudo la situación se plantea así – alguien tangencialmente asociado con el crimen, que no se puede defender por lo menos en parte, se queda sosteniéndole la bolsa a gente mas importante que si sabe como es el juego y negocia un trato mas rápidamente.

Así pues, Tito ahora se encara a tener que enfrentar serios cargos por meta anfetaminas, cargos que pudieran convertirse en una sentencia prácticamente de cadena perpetua aun para un hombre joven; y tomo una decisión. Estando recientemente casado, probablemente no fue una decisión fácil, pero la tomó y se dio a la fuga del gobierno de los Estados Unidos. Habiendo conocido gente ligada a  los carteles durante su primera condena, tenía contactos para hacer un comienzo en su nueva vida, pero no era fácil, aun en aquel entonces.

Las Memorias de Tito, “GRINGO. Mi vida al filo como fugitivo internacional” detalla su nueva vida, primeramente teniendo que regresar a la escuela primaria para aprender español lo suficientemente bien para movilizarse, hasta atravesar el globo de un lugar peligroso al otro, siempre mirando sobre su hombro, esperando  que alguien finalmente lo alcanzara. Hay que imaginarse el tener que vivir todo el tiempo con un bolso de escape siempre al alcance de la mano, con suficientes cosas para llegar al siguiente lugar “seguro” en la eventualidad de tener que movilizarse inmediatamente.  Cruzando fronteras con pasaportes falsos, tratando de mimetizarse en un autobús lleno de turistas, mientras al mismo tiempo tratando de pasar desapercibido a las personas que estaba usando para cubrirse.

Usando marcadores de color para esconder dinero, constantemente cambiando de nombre y siempre con la duda de si podía confiar en quienes lo rodeaban es una vida que la mayoría de las personas no podrían manejar. Pero Tito lo hizo durante 13 años, eventualmente estableciéndose en Venezuela, la cual no tenía un tratado de extradición con los Estados Unidos en ese tiempo (y aun no tiene). En aquel entonces Hugo Chávez llamaba al Presidente George W. Bush “el diablo” en las Naciones Unidas y rehusaba colaborar con cualquier política de los Estados Unidos en Sur América. Así, Tito comenzó una nueva vida, con un negocio, socios, y una nueva esposa. Y fue el relajarse después de tanto tiempo en fuga lo que llevo a su captura.

Caminando a través del lobby de un hotel, todas esas lecciones de supervivencia duramente aprendidas, repentinamente le volvieron a la cabeza al ver varios hombres y camionetas esperándolo. Atrapado, encapuchado y esposado, Tito fue lanzado dentro de una camioneta y llevado a un centro de detención clandestino. Tito fue victima de una figura denominada “rendición irregular” – secuestrado en un país extranjero y eventualmente regresado a su país de origen. Esto es  diferente a la Rendición de la cual oímos a menudo en la Guerra contra el Terrorismo.  Mediante la Rendición Extraordinaria se traslada a alguien desde un país a otro donde no se está vinculado por las leyes del país huésped. Muchos de los guerrilleros de Al Qaida que fueron objeto de esta clase de Rendición fueron capturados en el campo de batalla o en las calles y llevados a prisiones clandestinas en Siria, Egipto, Polonia o la bahía de Guantánamo en Cuba. Afortunadamente para Tito que ese no fue su destino; a el lo montaron en un avión estadounidense y lo llevaron de vuelta a Miami donde fue entregado a los US Marshals. ¿Fue este secuestro legal?  De acuerdo a los tribunales de los Estados Unidos si lo fue, aunque violase las leyes del país donde se efectuó el secuestro.

Los países extranjeros todavía están debatiendo con algunos de los aspectos involucrados con Rendiciones que tuvieron lugar dentro de sus fronteras. Italia condenó 26 norteamericanos en ausencia por la abducción del radical egipcio Abu Omar de las calles de Milán en   2003. Pero el secuestro de un americano y su traída de regreso al territorio de los Estados Unidos para ser enjuiciado ha sido considerado legal desde mediados de 1800, cuando John Surrat fue secuestrado de Egipto debido a su potencial complicidad en el asesinato del Presidente Lincoln.

¿Cuántos ciudadanos norteamericanos son objeto de Rendición cada año? Nadie lo sabe. Durante el juicio de Tito, ni la Fiscalía ni la Corte permitieron  que el tema fuese discutido, ni tampoco reconocieron su secuestro en las transcripciones del proceso. A lo sumo mencionaron el que fuese “expulsado” de Venezuela . Pero eso no capta la esencia de ser atrapado a punta de pistola por mercenarios que no son parte del gobierno (y en consecuencia nadie puede hacerlo responsable por cualquier cosa que hubiese podido pasar) y luego mantenido por días sin acceso a ninguna clase de asistencia legal o a alguna autoridad. Si algo camina como un pato y  grazna como un pato, no hay duda que suena a secuestro, aunque el gobierno norteamericano no quiera admitirlo. Como tal, es una violación a la soberanía del país huésped, pero muy pocos están dispuestos a enfrentarlo. Italia es la excepción a la Primera Regla del  club de las Rendiciones: No hables de ello si son los Estados Unidos quienes lo hacen en tu suelo.

Asi pues, Tito es un miembro de un exclusivo club – Norteamericanos que han sido secuestrados por su propio gobierno, contrariando las leyes del país huésped (no mediante una extradición normal)  y devueltos a la fuerza a los Estados Unidos. El podría ser la única persona viviente que ha pasado por eso. Es un club exclusivo a cual no creo que nadie quiera pertenecer, pero es algo que sucede a quienes están alejados del amparo de las leyes.

Asi pues, ¿Qué le sucedió a Tito? Finalmente fue condenado por los cargos de marihuana . Su antiguo cliente se retractó de su testimonio original así que cumplió una segunda condena por 10 años  y ahora es finalmente un hombre libre y puede viajar con su verdadero nombre de regreso a esos países donde una vez tuvo que esconderse. ¿Su consejo para otros hoy en día? No sigan sus pasos, pero aprendan de su historia y eviten cualquier situación que pueda que pueda llevarlos eventualmente a una potencial situación donde sean objeto de una Rendición. Este es un club al cual ud. no querrá pertenecer.

¿Y su historia? No supera la ficción, pero vale la pena oírla.  Y cuando eventualmente sea convertida en una película o una serie, será una posible disfrutarla indirectamente al verla. Y no deje de darse cuenta del “basado en una historia real” al final.

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